El año nuevo siempre es un momento ideal para hacer cambios. En las peluquerías, también. Y este año, quizá, más. Como sabemos (porque ya le hemos entrevistado en otra ocasión) que Luciano Cañete, cofundador de los centros Corta Cabeza, lo explica todo con detalle y sencillez, le hemos pedido que nos cuente cómo afrontar 2023 con un salón –en su caso, varios– que gestionar y equipos que liderar. ¿Hay que subir los precios? ¿Hacer recortes? ¿Cómo motivamos al equipo en los malos momentos? Como esperábamos, sus respuestas están llenas de ejemplos e ideas.
Pregunta- ¿Cómo esperáis que sea el año próximo para la peluquería? Y, en concreto, ¿cómo afrontáis el próximo año en vuestra firma?
Respuesta- Como era de esperar, la situación en casi todos los ámbitos relacionados con pymes y autónomos es de bastante incertidumbre; esto también incluye a las peluquerías.
La inflación ha hecho que los precios de todos los productos hayan subido entre un 7 y hasta un 20% en algunos casos; los guantes y demás materiales con los que normalmente trabajamos subieron durante la pandemia casi un 35% y no volvieron a bajar, la factura de la luz se ha duplicado y los gastos de seguridad social también han aumentado tras varias subidas en los salarios (subida más que merecida, porque sin ella el poder adquisitivo de los miembros que conforman los equipos se vería afectado). Nosotros no hemos subido aún los precios, pues siempre lo hacemos el 1 de enero. Todo este incremento del nivel de gastos ha supuesto una media de un 38,23% en contra de nuestros beneficios en este último año, pero no olvidemos que venimos de una pandemia en el que dicho beneficio ya se había visto afectado.
Solo nos queda una forma de afrontarlo y en Corta Cabeza será que subiremos los precios como venimos haciendo cada año, tratando de recortar gastos que no comprometan la calidad de los servicios ni la salud del cabello.
P.- ¿Cómo se encuentra el equilibrio entre trabajar el día a día y planificar estrategias a largo plazo?
R.- Este equilibrio ha cambiado poco. Desde que tengo uso de razón (y eso es casi desde que abrí mi primer salón allá por el año 1994) esa ha sido la tónica: trabajar día a día y planificar estrategias tanto a largo como a corto plazo. Las más difíciles de planificar son las de corto plazo, ya que se reduce el tiempo de maniobra y prima el ensayo/error o el “hacemos y ya vemos”. Las estrategias a largo plazo son más sencillas, te permiten trazar un plan y el análisis de los resultados es paulatino, por ello tienes la posibilidad de cambiar de estrategia sobre la marcha si ves que las cosas se van torciendo.
P.- ¿Tenéis alguna estrategia nueva o planes para el 2023?
R.- ¡Uf! No sé por dónde empezar, ya que son muchas las estrategias que tenemos pensadas para este año que entra. Saber si van a dar su fruto o no depende no solo de lo bien trazadas que estén, sino de otros factores como la economía del país, el precio de la energía, la motivación de los equipos, el poder adquisitivo de la población, el miedo que haya en el ambiente, los precios de los productos y del material, la estructura que cada uno tenga en su negocio y un largo etcétera que contribuye a engordar esa nebulosa de incertidumbre que cada día es mayor, pero ante la que hay que tener firmeza y, sobre todo, tratar de tener una actitud positiva, en la que nuestra meta sea creer que sí se puede salir de esto. Que hemos pasado por situaciones peores, pero sobre todo que tenemos un oficio en el que, poniéndonos en el peor de los casos, si las cosas se ponen muy feas, la gente necesita hacerse el pelo y nosotros tenemos dos manos para hacerlo; el beneficio mayor o menor que se obtenga por ello dependerá de la situación del momento e irá acorde al panorama económico en el que nos encontremos.
“La motivación siempre vendrá determinada por el buen rollo que la empresa le quiera dar a los equipos y eso siempre se reflejará en el contento de los clientes”
P.- ¿Qué queréis cambiar de cara al 2023 y cuál va a ser vuestro principal objetivo?
R.- Supongo que te refieres a los cambios relacionados con la estrategia trazada por la que me preguntabas en el apartado anterior. Como te comentaba, la estrategia es amplia y tiene varios puntos:
- El primer punto es la subida de precios. Cuando todo el mundo sube los precios debido a la inflación nosotros hemos pensado que hay que tener mucho cuidado, pues la gente ya va muy justa. Una subida muy elevada podría ser contraproducente. Ha de ser una subida asumible y muy bien estudiada.
- Recorte de gastos. Se pueden recortar gastos indirectos, como por ejemplo buscar una conexión a internet que nos cueste menos o utilizar productos de acabado y de styling donde se reduzca el coste sin comprometer la calidad. Buscar en el mercado proveedores que nos den lo mismo por menos (que siempre los hay).
- Contratación. Es indudable que la contratación de personal nuevo se puede ver afectada, por ello lo más inteligente es que se ajuste el número de trabajadores para que estos puedan tener mejores salarios haciendo un pequeño esfuerzo, y es que en la jornada laboral siempre hay horas muertas en las que no se atiende a nadie; sería cuestión de repartir mejor las citas de los servicios para que todos estemos ocupados más tiempo.
- Fidelizar al cliente con detalles que no supongan un gasto mayor para la empresa, pero que les permitan venir al salón con más frecuencia o aportar clientes nuevos.
- Utilizar las redes sociales para dar la mejor imagen de nuestro negocio hará que lleguemos a más gente y el gasto es prácticamente nulo.
- En cuanto a nuestro objetivo principal, es fomentar la formación interna para dar siempre un servicio de mayor calidad en cada visita. Sin formación y aprendizaje no hay futuro.
P.- ¿Es el nuevo año un buen momento para hacer cambios en la gestión, en el equipo, en los precios de los servicios…?
R.- Es el mejor momento del año para hacerlo. Los clientes lo saben. Lo que no se puede es hacer cambios a escondidas en diferentes momentos del año y que a los clientes les pille por sorpresa. Los cambios, como bien dije antes, han de ser con cautela. Si le damos una vuelta y nos reinventamos veremos cómo siempre se puede dar mucho más a cambio de un poquito más. Es cuestión de hurgar en el mercado y se nos abrirá un abanico de opciones que están ahí, a nuestro alcance, en beneficio nuestro y de nuestros clientes.
P.- ¿Cómo pensáis que puede motivarse a un equipo de cara al próximo año? ¿Cómo vais a hacerlo vosotros?
R.- La motivación de los equipos en Corta Cabeza siempre ha sido nuestro objetivo principal. Es muy sencillo. Si haces un ejercicio de automotivación obtendrás las respuestas. Te sientas en tu casa y te preguntas ¿qué es lo que quiero para mí? Y eso es exactamente lo que motivará a tu equipo. Para mí, por ejemplo, es muy importante el tiempo libre, entonces trazaré horarios en los que ellos puedan juntar días y así no tener que gastar vacaciones para hacer un viaje en fin de semana.
Debemos de preguntarles a los miembros del equipo individualmente cómo podemos ayudarles, ¿qué necesitan para ser más felices? Y seguramente que contribuir a ello sea más fácil de lo que pensamos.
Si la motivación viene requerida por la parte económica, es tan sencillo como ofrecer mayor retribución a cambio de algo, como vender más tratamientos, pero siempre con un buen asesoramiento. Vender por vender no es la solución.
La formación es un punto muy importante a la hora de la motivación.
Los planes en equipo como un fin de semana en una casa rural, la visita de una exposición o cualquier actividad que fomente la relación entre los integrantes nos ofrecerá una motivación instantánea que se prolongará mucho en el tiempo.
En resumidas cuentas, la motivación siempre vendrá determinada por el buen rollo que la empresa le quiera dar a los equipos y eso siempre se reflejará en el contento de los clientes.
P.- Vuestro caso es muy diferente a una pequeña peluquería o salón. ¿Cómo puede adaptarse todo lo anterior, vuestros consejos, a una peluquería más pequeña?
R.- Nosotros tenemos siete peluquerías la más grande tiene 19 personas trabajando y la más pequeña, 4 , todo lo dicho anteriormente se puede adaptar a cualquier tipo de peluquería y a cualquier tipo de negocio. El sentido común, la amistad, el compañerismo, la profesionalidad, el amor, el respeto y el cariño con el que se hacen las cosas son ingredientes necesarios e infalibles para que el equilibrio y las cosas fluyan con positivismo y con éxito.
Con un éxito que no nos embriague, que sea fruto del trabajo bien hecho y del esfuerzo, fruto de compartir los conocimientos con nuestros compañeros. Da igual la peluquería que tengas, dónde la tengas, los precios que tengas… en mi opinión estas son las premisas a cumplir tanto en momentos de bonanza como en periodos de austeridad.
Cuidar la economía de tu negocio, satisfacer las necesidades de tu equipo sin olvidarte de las tuyas propias y ofrecerle a tus clientes lo mejor de ti es la fórmula infalible para que las cosas funcionen. Y, si no, siempre es fácil cumplir con todo esto, por eso si vemos que las cosas están fallando parémonos en seco y analicemos si estamos cumpliendo con todo lo anterior.
Ojalá yo tuviera realmente en mi mano esa fórmula perfecta. Esa fórmula va cambiando, lo que nos ha valido hoy quizás mañana haya que cambiarlo, y unos días será todo perfecto y otros todo lo contrario, al final es como si estuviéramos jugando, así es como hay que verlo y eso es lo divertido.
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