Las futuras novias son las clientas con más preguntas, dudas y preocupaciones. Son los nervios. Hemos pedido a Alberto Cerdán, en cuya larga trayectoria ha atendido a tantísimas de ellas, que responda a las que más se repiten con relación a la prueba de peinado para el gran día. Toma nota, o guarda este reportaje como comodín ante todas las bodas que vendrán.
Entrevista a Alberto Cerdán
Pregunta- ¿En qué consiste una prueba de peinado de novia? ¿Es necesaria?
Alberto- Primero de todo, una prueba de novia consiste en ver qué es lo que la novia quiere en el pelo; después, valorar la coloración, explorar realmente cuál es la idea que tiene en su mente para hacerla realidad. Es básico escucharla: cómo sería, cómo le gustaría, y ella misma será la primera que dirá que el vestido será de una forma u otra.
A partir de haberla escuchado y visto un poco qué es lo que le gustaría ser en estos momentos, en esa boda en concreto; con un diagnóstico preciso, se deberán mirar 3 cosas que son muy importantes a parte del peinado y el color del cabello: la piel, el maquillaje y, sobre todo, dónde se celebrará la boda, si es una ciudad húmeda o un espacio en la playa o en el campo… Debemos saber dónde se realizará porque el cabello y la piel del rostro se verán determinadas por las características del ambiente. También es importante saber que, depende de cómo tenga la piel, la novia deberá empezar con un tratamiento de glow, vitaminas o colágeno para una máxima hidratación, porque el maquillaje en una boda también toma mucho protagonismo. Asimismo, no es solo un peinado y una prueba, sino que en muchas ocasiones son necesarios dos peinados y dos tipos de maquillaje, dependiendo del concepto de la boda.
La prueba de peinado es absolutamente necesaria y vital. Una boda sin prueba es una boda que no tiene sentido.
P.- ¿Cuándo es recomendable hacerse la prueba de peinado?
A.- La prueba de peinado se debe hacer lo antes posible. Creo que es fundamental hacerla dos o tres meses antes, así como los tratamientos de belleza. En ese momento ya estará casi listo el vestido, y se podrá hablar de muchas cosas, evidentemente, del peinado, pero, sobre todo, podremos valorar con antelación suficiente la coloración, algo vital: el brillo, el reflejo del cabello… Si el color no está bien, tendremos tiempo de arreglarlo, de que crezcan las raíces, de darle el reflejo o el color que necesitemos. En este sentido también es muy importante el tipo de cara de nuestra clienta: si es alargada o ancha necesitarán un tipo de reflejo en el que esté presente la raíz, o no.
Otra cosa a tener en cuenta: ¿el cabello caerá sobre la cara? Mientras que los rubios caen muy bien, pero si es un cabello más castaño se tendrá que hacer un contouring, algo que pueda dar un poco de reflejo a esos mechones que van a estar cayendo en la cara y, de esta manera, suavizarla. Los cabellos oscuros endurecen mucho las facciones. Es fundamental que ella se encuentre cómoda, y que sea ella misma.
P.- ¿Cómo será el peinado en función del vestido que lleve? ¿Suelto o recogido?
A.- Depende de la cara, del vestido y del escote. Depende de muchísimas cosas.
Primero miraremos si el escote es muy pronunciado o no, cómo será el volumen del traje, y si tendrá muchas hombreras. Son significativos tanto los escotes delanteros como los de atrás, porque si hacemos un semirrecogido o un recogido total, deberemos tener en cuenta el escote trasero. Si existe un escote muy pronunciado en la parte de la espalda y hacemos un recogido muy alto, debemos mirar que juegue
mucho, pero sin molestar.
Normalmente, el 80 % de las novias escogen un recogido para la primera parte de la boda, mientras que el segundo peinado, que normalmente suele ser después de la ceremonia, para la fiesta, suele ser más suelto, algo más despeinado, más natural, algo más “ella”. Para la primera parte, hay recogidos altos, medios y bajos, y para elegirlo se debe de tener en cuenta qué es lo que quiere la novia, pero también dependerá de cómo sea el traje. Y no solo del corte. Cada vez que utilizamos un vestido de más alta costura, el recogido siempre será más bajo; y siempre que queramos algo más atrevido, el recogido subirá más. Esto es la base de todo: si enseñas por arriba, no enseñas por abajo. Por eso una alta costura acostumbra a llevar recogidos bajos, trenzas bajas, etc., y si el vestido es más atrevido y algo más juvenil, tienden a subir desde la media cabeza hacia arriba.
P.- Cambio de look: ¿sí o no?
A. – Eso depende de lo que quieras para el día de tu boda. Si quieres impresionar, si quieres cambiar, esta es tu historia, aunque se tendrá que realizar un diagnóstico diferente.
Si quieres ser tú misma, ir como sueles ir, es mucho más fácil, porque los volúmenes no cambian. Pero, ¿por qué no cambiar en el día de la boda? Cualquiera de las opciones puede ser, todo está permitido el día de tu boda. La cuestión es que, por dentro, tu sonrisa y tus ojos sean tuyos: esto es lo más importante.
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