Una vez claro que es éste,-y no otro- el rubio que más se lucirá esta temporada, toca saber cómo mantener “la temperatura” entre coloración y coloración.
– Blíndate frente al sol… y la luz, por invernal que sea. El rubio polar es “high maintenance” y el mínimo rayo puede desviar el tono. No es necesario recurrir a las líneas solares capilares. Busca un efecto extra y protege mientras texturizas o fijas el peinado.
– ¿Champú? para cabello teñido, por favor. Y si está especializado en tonalidades frías o rubios, mucho mejor. No es por capricho. Se formulan con activos que potencian la pigmentación y evitan los virajes de color indeseados.
La Crème aux Fleurs de Leonor Greyl es una delicada crema que lava e hidrata el cabello y con acción fijadora de los pigmentos.
– Mascarilla + Acondicionador. El dúo imbatible. El uso de la crema acondicionadora es obligatorio para cerrar bien la cutícula del cabello y que refleje mejor la luz potenciando el color. Lavado sí, lavado no debes cambiar la rutina y aplicar una mascarilla específica para pelo teñido ¡y rubio! que potenciará los pigmentos.
La Créme de Soin á L´Amarante de Leonor Greyl es especialista en desenredar sin dramas y proteger el pigmento de los cabellos teñidos.
– Protégete del calor: Secador, planchas, rizadores… Grado a grado -y pasada a pasada- deshidratan la fibra capilar y provocan variaciones en el tono. En el caso del rubio polar, las altas temperaturas pueden aclararlo hasta el platino o “revelar” mechas verdosas. Evítalo con protectores térmicos.
Eclat Naturelle de Leonor Greyl es una crema de peinado texturizante para cabellos secos que potencia el brillo y el color.
– Baño de color: Si acudes a la peluquería entre coloración y coloración, aprovecha para pedir un baño de color que refresque el tono y mantenga los pigmentos bien adheridos a la cutícula.
– Neutralizada: Si no acudes con frecuencia, lava tu melena cada 10 días con una champú de pigmentos azulados. No temas. Solo acentuará el tono frío de tu rubio.
