Sin lugar a dudas, las trenzas son unas grandes aliadas para los peluqueros, amigas fieles que nos sacan de mil apuros y consiguen esbozar una sonrisa de agradecimiento en nuestras clientas. Además, tienen muchísimas posibilidades estéticas, ya que podemos utilizarlas para construir desde un look playero hasta peinados para las grandes ocasiones y ceremonias, incluso para las nupciales. Muchos peinados de novia tienen como protagonista o como base algún tipo de trenzado. Lo que más me gusta de las trenzas es que, con muy poco esfuerzo, se pueden obtener resultados espectaculares.
(Un artículo de Gonzalo Zarauza. Asesor de Imagen, Estilista y Director del Centro Beta)
Algunos retazos de su historia
Aunque utilizadas a diario, sabemos muy poco sobre sus orígenes y su simbología y el modo en que una técnica, aparentemente sencilla, puede evolucionar hasta la complejidad más absoluta y que, en muchos casos llega a necesitar de manos expertas y especializadas para su realización. Tal es el desarrollo y auge de los trenzados que en algunos estados de EE.UU se ha instaurado una licencia, especializada e independiente a la de peluquero, exclusiva para “trenzadores”.
Las trenzas han sido utilizadas, a través de la historia, tanto por hombres como por mujeres y, aunque en la actualidad su uso está más arraigado entre el sector femenino, se cree que fue un asirio que vivió 3.5oo años A.C., quién, por primera vez, lució una barba trenzada con el fin de resaltar su jerarquía y estatus social. ¿Quién sabe si este hecho desencadenó un deseo en otros hombres o mujeres para subirse al carro de la elegancia y la sofisticación? Nunca conoceremos la repuesta exacta, pero lo más probable es que el origen de las trenzas se sitúe en África y América y esté relacionado con la higiene, los hábitos sociales, la comunicación entre los miembros de las tribus y, sobre todo, con las creencias religiosas y la hechicería.
En los años 50, se descubrió una pintura rupestre, fechada en la Edad de Piedra, en la que está representada una mujer alimentando a un niño y con el típico peinado trenzado. En Egipto, los trenzados eran muy utilizados y se reservaban para las grandes ocasiones. Algo similar ocurriría en América del Norte, donde los Siux o los Cherokees, tanto hombres como mujeres, lucían sus espectaculares y brillantes trenzas negras; incluso podía saberse, por el tipo de trenzado utilizado, si una mujer estaba casada o soltera. Haciendo un rápido repaso por la historia del peinado, podemos constatar que, desde los griegos y los romanos hasta nuestros días, pasando por el Renacimiento y el Barroco, las trenzas con sus mil caras, siempre han estado presentes.
Puro magnetismo
Hace unos años, las trenzas volvieron con mucha fuerza y, aparentemente llegaron dispuestas a pasar una temporada con nosotros, tal y como ya había ocurrido en otras ocasiones. Recuerdo cómo me impresionaron la primera vez que fui consciente de su magnetismo y su poder, así como la capacidad que tenían para renovar la imagen de la mujer, haciéndola más exótica, misteriosa y atractiva. A finales de los 70 y principios de los 80, todas las mujeres querían parecerse a Bo Derek, y no era para menos, ya que se trataba de una mujer sobresaliente, incluso podría decir que de matrícula de honor: Bo Derek “La mujer 10”.
Desde que irrumpieron por última vez, aproximadamente en 2013, no hemos dejado de enamorarnos de ellas. Lógicamente, las técnicas han evolucionado y ya no solo hacemos las trenzas francesas, holandesas y africanas. Ahora vienen pegando fuerte las trenzas 3D, los peinados multitrenzados o la trenza 2 direcciones, una trenza muy hippy que me encanta desde que me la enseñara José Oropesa, de la peluquería Backstage de Barcelona.
Si echamos un vistazo a las pasarelas internacionales, vemos que las trenzas son una constante y que muchos diseñadores recurren a ellas para la puesta en escena de sus colecciones. Trenzados con diferentes niveles de dificultad y que, en muchos casos, se enriquecen con cintas, rafias, abalorios, broches y otros elementos decorativos para hacerlos únicos y exclusivos. Este es el caso de Desigual, Valentino, Céline y un largo etcétera de firmas que en 2016 han optado por ellas.
No me quiero olvidar de la voz de las grandes “influencers”, las blogueras que, desde su púlpito online, actúan como los oráculos del siglo XXI. Una de mis favoritas es Chiara Ferragni, quien en su blog The Blonde Salad, con más de 110.000 visitas diarias, asegura que los trenzados seguirán siendo el peinado más “cool” en 2016. Y esto es “palabra de diosa”.
Aún estamos a tiempo de ponernos las pilas, practicar y diseñar nuevos peinados basados en diferentes estilos de trenzados para que estas navidades nuestras clientas se conviertan en las indiscutibles “estrellas” de las fiestas.(Gonzalo Zarauza. Asesor de Imagen, Estilista y Director del Centro Beta)
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