Hace unos días fui testigo de cómo la polémica surgía en torno a si la peluquería crea moda o viceversa, es la moda quien crea peluquería. Y es también curioso observar cómo una parte de esta profesión quiere prestigiar a la misma haciendo de ella arte y tendencia. Sin embargo, a pie de calle, otros peluqueros aseguran que “eso no sirve de nada” (me causó tristeza escuchar tal afirmación).
Para vosotros, quienes nos enviáis vuestros trabajos y colecciones en las que tantas y tantas horas habéis empleado, esfuerzo, sudor, imaginación, duermevela y trabajo desmesurado y esforzado, sí, para vosotros es este editorial. Porque sólo los visionaros han sido capaces de mover el mundo con sus nuevas propuestas, no cejéis en el empeño de que esta rueda se mueva e inspire. Porque esa es vuestra misión, la inspiración. Sólo con despertar una llama entre un millón habréis triunfado, la cadena viene después, cuando detrás del primer eslabón llega otro y se suma al siguiente, y después a otro nuevo y así infinitamente. Ésta es la magia, el poder, el ser del arte. Entonces, te pregunto, ¿la peluquería es arte…?
