Por Vicenç Moretó
A menudo, lo único que compartimos con el mundo son nuestros locales, los viajes, las cenas, los premios…, en definitiva, la cara bonita de nuestra vida como barber@s y formadores. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.
Los viajes son sinónimo de horas y horas agotadoras: el estrés por perder un vuelo, con todos los contratiempos que eso conlleva, problemas de última hora en el momento de la formación, un modelo que te deja colgado cuando se había comprometido, dinero sin pagar… Por no hablar de los comentarios injustos que descalifican a los profesionales. Se viven momentos difíciles.
Y qué decir de la familia. La “santa familia” se llevan la peor parte. Abandonar cada dos por tres a tu mujer e hijos, renunciando a montones de fines de semana de estar con ellos. Es duro, muy duro. Yo doy las gracias por la infinita paciencia de los míos.
Muchos de estos inconvenientes son la cruda realidad de lo que ocurre fuera del cobijo de nuestras adoradas barberías. Por suerte, uno puede –y debe– rodearse de un equipazo que le respalde y apoye, es así como el negocio no se resiente, pero yo no puedo evitar preguntarme cómo gestionan esto algunos compañeros que están solos y que también realizan formaciones.
Hemos pasado de ser pocos los profesionales que ofrecemos formaciones a que exista una auténtica avalancha. En muchas ocasiones no es necesaria ninguna documentación previa o experiencia, por lo que muchas personas han visto un nicho de negocio y han decidido explorar este terreno. Como consecuencia, muchos peluqueros se sienten abrumados por tanta oferta y puede que no siempre se elija la formación más adecuada. Por ello, yo me planteo algunas preguntas con las que invito a reflexionar: ¿qué experiencia previa hay?, ¿están estos nuevos formadores capacitados?, ¿quién ha formado a esos formadores?
En mi opinión, mucha de la oferta actual peca de falta de espíritu, de devoción por el oficio. Hace unos años, un grupo de barberos decidimos crear un proyecto que aunase a la mayoría de las barberías de calidad de España, en un intento de compartir con el sector todo lo que hemos aprendido de nuestra experiencia. Este proyecto nació del deseo de transmitir nuestra profesionalidad, innovación y, por qué no decirlo, también por ego y con el objetivo de obtener beneficio económico. Pero detrás de cada formación, evento, premio o viaje, hay mucho esfuerzo, tiempo y trabajo que hay que valorar y no debe ocultarse.
Por eso, yo quiero dar las gracias. Muchísimas gracias, compañeros, a todos los que conocen la profesión y saben que la cara menos amable de la barbería también existe, que reconocen el trabajo duro y aprecian la experiencia, la dedicación y la pasión por este oficio. A los tóxicos, os queremos muy lejos. Mañana tenemos otra oportunidad para dar lo mejor de nosotros, porque cada día cuenta, ¡aprovechémoslo!
Sunrise
Vicenç Moretó presenta su última colección, Sunrise, con la que transmite un mensaje de renovación. “En esta colección hemos trabajado más que nunca en equipo, siendo hasta quince personas las involucradas en Sunrise”, explica el barbero. Un trabajo ambicioso, con una luz especial y cuidado al detalle. Cortes de cabellos rizados y con volumen. Algún rasurado agresivo, aires canalla. Cortes laterales algo más largos y, para acabar, un bowl cut undercut. Una colección transgresora, súper visual, valiente, pero que no pierde su sensibilidad comercial, con looks directos para salir a la calle.
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