Una escena soleada, cálida. El sol nos besa el rostro y los brazos, una ligera brisa mece nuestros cabellos y los rayos iluminan sus múltiples reflejos. Nos sentimos en paz, seguras, atractivas. Es una sensación de bienestar sencilla, pero poderosa, que todas hemos vivido; transportarse a ella es instintivo. Curiosamente (porque la “musa” es así, nace de los detalles más nimios), todo surgió de un material suave y transparente, como el de una media, que Thomson quiso trasladar a la ropa. Después, hiló el resto: la sensación de estar bajo el sol, y elegir los colores adecuados, “tonos metálicos, suaves y apagados, pero que desprendieran fuerza, complementando el conjunto de la colección”. Para potenciar ese equilibrio entre delicadeza y fuerza utilizó “diferentes técnicas de fusión de tonos y colocación para crear sombras y profundidad”, nos escribe la propia estilista. El resultado es una colección de estilos personales y peculiares, pero comerciales, pensados para inspirar en el salón.
Peluquería_ Karen Thomson (@karenthomsonkam)
Fotografía_ Michael Young (@myhairphotography)
Maquillaje_ Maddie Austin (@maddieaustinmua)
Estilismo_ Clare Frith (@clarefrithcreative)
