Las protestas por la muerte de la joven iraní Mahsa Amini mientras estaba bajo custodia policial se extienden por todo el mundo y han dado lugar al movimiento #hairforfreedom, que utiliza el poder del cabello como símbolo universal de libertad.
Desde el pasado 16 de septiembre, la muerte de la iraní Mahsa Amini, de tan solo 22 años, tiene conmocionado al mundo entero. Según señalaban las propias fuentes policiales del país, Amini fue arrestada por llevar el hiyab mal colocado y mostrar un mechón de pelo. La autopsia y los informes médicos confirmaron que su muerte se debió a los golpes recibidos mientras se encontraba bajo custodia judicial. Cabe recordar que, desde 1979, el uso del velo es obligatorio para las mujeres a partir de los 7 años.
La indignación ante estos terribles hechos inició fuertes protestas en el país y también una ola de solidaridad que ha dado la vuelta al mundo.
Cortarse un mechón para pedir libertad
A través del movimiento #hairforfreedom, multitud de personajes de renombre en todo el mundo están mostrando su apoyo a las libertades de las mujeres en Irán, a través de un gesto sencillo pero lleno de significado: cortarse un mechón de pelo. Precisamente, en el folclore iraní, que las mujeres se corten el pelo es un símbolo de protesta ante las injusticias que comete el opresor.
“El cabello es un elemento muy representativo de las mujeres y aquí reside su gran poder a la hora de convertirse en un símbolo de libertad que consigue traspasar el tiempo, las fronteras y las culturas, como se está demostrando. Al cortar un mechón con las tijeras, las mujeres asumen el poder y el control sobre ellas mismas, y mandan un mensaje inequívoco al régimen que tienen en frente y al mundo entero. Dicen basta, basta a las injusticias y a las represiones, a la falta de libertad. Dicen que es el momento de cortar con lo viejo, con lo que no sirve, para poder crecer con más fuerza”, opina Charo García, directora de Ilitia Beauty & Science.
El cabello como herramienta política
A lo largo de la historia, el cabello se ha usado en numerosas ocasiones como herramienta para expresar posturas políticas que imperaban en la sociedad: desde los bobs cortísimos de los años 20, que reflejaron a la perfección la libertad que reclamaba la era flapper, a los irreverentes looks punk de los 80s. También ha servido como forma de protesta personal, como cuando la diseñadora Vivienne Westwood se rapó el cabello en 2014 para concienciar sobre el cambio climático.
“Todo lo relacionado con el cabello tiene un fuerte impacto visual. Es uno de los elementos de nuestro cuerpo que más apreciamos, porque transmite nuestra verdadera esencial, quiénes somos y cómo queremos mostrarnos al mundo. Por eso, cualquier cambio que realicemos en él está mandando un mensaje profundo y muy personal. No tenemos que pensar solo en los cambios más drásticos, puesto que incluso los detalles más sutiles contribuyen a la hora de mover conciencias. Solo hay que recordar el pequeño pasador con el que la actriz Meryl Streep decoró su recogido en la gala de los Oscar de 2018, en el que se podía leer “TimesUp”, en contra del acoso sexual en la industria del cine”, explica Mª José Llata, directora de Peluquería Llata Carrera.
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