Cuidar del pelo rizado no es fácil, e incluso cuando intentas una y otra vez perfeccionar tus tirabuzones con los mejores productos para el cabello rizado, puede que no consigas el resultado deseado. No te preocupes no estás sola.
Desde hace unos años Internet se ha vuelto loco con lo que se conoce como Método Curly, definido como la rutina definitiva para conseguir unos preciosos rizos definidos. Puede que te parezca un proceso sencillo, pero lo cierto es que conlleva su trabajo y un compromiso a largo plazo, para poder ver resultados.
Si estás cansada de intentar distintas rutinas de tratamientos para el cabello, tratando de conseguir el acabado perfecto, hemos preparado una guía del Método Curly donde te explicamos qué es y, lo más importante, cómo seguirlo.
¿Qué es el Método Curly?
El Método Curly tiene su origen en el libro de la estadounidense Lorraine Massey “Curly Girl: The Handbook”. Consiste en un método de cuidado del cabello que cambia los hábitos perjudiciales (como el champú y el peinado con calor) por un régimen saludable para el pelo rizado que sólo utiliza acondicionador y gel.
Aunque este conjunto de recomendaciones ha demostrado tener resultados increíbles para muchos cabellos rizados, siempre puedes modificarlas para adaptarlas a tu tipo de cabello.
Qué debes y no debes hacer
El primer paso para empezar el Método Curly es saber lo que NO hay que hacer. Hay muchas prácticas comunes y cotidianas para el cuidado del cabello que muchas personas llevan utilizando toda la vida y que, en realidad, son perjudiciales para el pelo rizado.
No utilices
- Champús tradicionales, ni siquiera los libres de sulfatos.
- Peinar con calor, como con planchas, rizadores o secadores.
- Peines y cepillos, como lees.
- Todo tipo de sulfatos o productos que los contengan.
- Siliconas no solubles en agua.
- Productos que contengan alcohol.
- Perfumes u otras clases de fragancias.
Puedes utilizar
- Limpiadores de pelo suaves, como acondicionadores.
- Emolientes (ablandadores) como la manteca de karité o los aceites vegetales.
- Proteínas, como por ejemplo las de trigo o soja.
- Humectantes como la glicerina vegetal o el sorbitol.
- Hidratantes, a poder ser naturales como el aloe vera.
- Geles o mousses de peinado (presta atención a sus ingredientes).
Método Curly paso a paso
El famoso Método Curly propuesto por Lorraine Massey recomienda la siguiente rutina de limpieza, acondicionamiento y peinado.
Paso 1. Limpiar el cabello
Lo mejor es evitar usar champú, pues estos productos pueden eliminar los aceites naturales del cabello, que son parte imprescindibles de la salud de tu pelo y del cuero cabelludo.
Debes empapar bien tu cabello y utilizar una cantidad generosa de acondicionador para lavarte el cabello. Puedes ayudarte de un masajeador de cuero cabelludo para eliminar los restos acumulados de otros productos y la grasa.
No obtendrás el efecto de espuma que se consigue con el champú y no tendrás esa sensación de “limpieza chirriante”, pero recuerda que esto se debe a que se retienen los aceites naturales del cabello.
Paso 2. Acondicionar el cabello
Después del lavado, hay que acondicionar el cabello. Esto se hace “estrujando” agua y acondicionador en el pelo con las manos, o como se dice en inglés haciendo scrunchie. Al “estrujar” tus rizos con las manos, básicamente estás permitiendo que tu pelo beba tanta agua como sea posible y la retenga utilizando el acondicionador como sello.
Sigue añadiendo agua y estrujando el pelo hasta que suene o parezca blandito y mullido. Empezarás a ver cómo se forman los rizos y disminuye el encrespamiento. Si notas el pelo seco o encrespado, añade más acondicionador.
Sigue estrujando el pelo hasta que deje de gotear y entonces empieza a eliminar el acondicionador, pero deja un poco para que esté suave.
Paso 3. Peinar
Uno de los aspectos más importantes para conseguir rizos suaves y flexibles es aplicar gel sobre el pelo húmedo. Gracias a la aplicación del gel se consigue mantener la humedad de cada rizo, lo que resulta esencial para eliminar el encrespamiento. Al aplicar gel a cada mechón, se crea como un molde que una vez seco se endurece y mantiene la forma del rizo sin perder su elasticidad.
El moldeado de gel también protegerá tu pelo de factores externos como el viento y la humedad, y si cuidas tu forma de dormir por la noche, podrás mantener tus rizos frescos y vivos hasta una semana sin tener que volver a lavarlo.
Inmediatamente después del acondicionador, dale la vuelta al pelo hacia delante y aplícate una cantidad generosa de gel, utilizando la misma técnica de ahuecar y estrujar para formar grandes mechones de rizos.
Paso 4. Secar
Tras aplicar el gel a los rizos, hay que secarlos para que se forme un molde duro a su alrededor, que más tarde romperás para soltar cada mechón.
Recuerda, el objetivo aquí es mantener tus rizos lo más definidos posible, evitando factores externos como el calor o el aire soplado. Cuanto menos se altere el cabello, mejor será el moldeado.
Tienes dos opciones en cuanto al secado: al aire o con difusor, cada una tiene sus ventajas y sus inconvenientes:
Secado al aire
- Ventajas: rizos más definidos y menos encrespamiento o frizz.
- Inconvenientes: tarda más en secarse y da menos volumen.
Difusor
- Ventajas: se tarda menos tiempo en secar y se consigue más volumen.
- Inconvenientes: provoca más encrespamiento y rizos menos definidos.
Paso 5. Elimina el crunch o crujido
Una vez que el pelo esté completamente seco, es hora de eliminar la textura “crujiente” del moldeado de gel para liberar el pelo de la barrera protectora.
Tendrás que girar el pelo hacia delante y romper el moldeado estrujándolo ligeramente hacia arriba, utilizando únicamente las manos o una camiseta para un enfoque más suave. No sólo acabas con unos rizos más suaves, sino con unos rizos totalmente hidratados y sin encrespamiento que pueden darte un cabello de segundo, tercer o incluso cuarto día.
Siguiendo los pasos de este método podrás conseguir los rizos perfectos. Pero ten en cuenta que se necesita tiempo, preparación y planificación, pero los resultados merecen la pena.
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