Frente a los tintes tradicionales, muchas personas buscan opciones más respetuosas con el cabello y el medio ambiente. La coloración vegetal es hoy una de las alternativas más completas: utiliza pigmentos de origen natural, no daña la fibra capilar y, además, aporta beneficios terapéuticos al cuero cabelludo. Dentro de este universo, existen tres formas principales de aplicar esta técnica.
➊ Henna pura
La henna es el pigmento vegetal más antiguo y conocido. Se extrae de la planta Lawsonia inermis y aporta tonos cobrizos o rojizos al cabello. Ha sido usada desde la antigüedad en la India, África y Medio Oriente.
“La palabra henna viene del copto y significa rojo”, señala Esther Martí, formadora y biocolorista experta. “Aunque muchas veces se le llama tinte, técnicamente pigmenta, no transforma el color del cabello”.
Es ideal para quienes buscan una opción 100 % natural, aunque su gama de colores es limitada sin combinaciones con otras plantas.
➋ Barros o colores vegetominerales
Son mezclas de pigmentos vegetales con minerales como arcillas, estearatos o sulfatos. Tienen una textura similar al barro y ofrecen beneficios adicionales como purificación del cuero cabelludo y equilibrio del pH.
“Para mí, los barros son arcillas, por eso prefiero llamarlos colores vegetominerales”, explica Toni Pérez, peluquero y biocolorista. “No solo colorean: también actúan como anticaspa, anticaída y equilibrantes del manto hidrolipídico”.
Algunos barros incluyen pigmentos, otros solo se aplican como tratamiento capilar.
➌ Mezclas o mixturas vegetales
Se trata de combinaciones de plantas tintóreas como henna, índigo, cassia o amla, diseñadas para ofrecer una mayor gama de tonos: rubios, castaños, cobrizos o negros.
“Las mixturas permiten una mejor cobertura de canas, a diferencia de otros pigmentos vegetales que solo aportan reflejos”, detalla Esther. Eso sí, no son tintes químicos: el color se deposita como un barniz, sin alterar la estructura del cabello.
La coloración vegetal es mucho más que una moda: es una opción saludable, eficaz y respetuosa con el entorno. Ya sea con henna pura, barros o mixturas, teñir sin dañar el cabello es posible —y cada vez más deseado en los salones conscientes.









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