8 errores capilares que se repiten cada verano

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1. No proteger el cabello

“La foprotección capilar va calando poco a poco, pero la realidad es que, como comprobamos continuamente en el salón, no está todo lo extendida que debería”, explica Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez, y añade, “en verano, son muchas las agresiones a las que se somete al cabello y cada agente externo perjudica de una determinada manera: la radiación UV altera los pigmentos de color del pelo, reseca mucho y fragiliza la queratina además de robar a las melenas todo su brillo. El viento enreda el cabello, lo ensucia más y provoca que al desenredarlo la fibra sufra y se vaya debilitando. La arena irrita mucho el cuero cabelludo y provoca sensibilidad. El cloro modifica el color y seca el pelo atacando a las grasas naturales protectoras del cabello. La sal marina, por su parte, cristaliza sobre la fibra capilar y abre las puntas. El calor también inflama e irrita el cuero cabelludo y resta nutrición. Por eso, es imprescindible el uso de protectores solares que salvaguarden el cabello del sol y otras agresiones, pero también protegerlo bajo gorras, sombreros o pañuelos que supongan un escudo físico a tantos y tan continuos enemigos”.

2. Cepillar el pelo al salir del agua

“Justo después del baño el cabello es especialmente frágil, por eso, antes de desenredarlo, es necesario aplicar un acondicionador sin aclarado o el mismo protector solar capilar, para ayudar al desenredado, nutriendo el cabello al mismo tiempo. Además, hay que hacerlo siempre con un peine de púas anchas y evitando tirones que puedan romper la fibra”, advierte el estilista.

3. No lavar el pelo después de un día de playa o piscina

Hay que olvidar todas esas recomendaciones de que lavar el cabello a diario es malo, en este punto, el director de Maison Eduardo Sánchez es tajante: “tanto si lo has sumergido en el agua del mar como en la de la piscina, es obligatorio lavar bien el pelo para eliminar restos de salitre o de cloro. Y el mejor aliado es un champú purificante pero suave y de uso frecuente, acompañado siempre de un acondicionador, con o sin aclarado o de un aceite o sérum, según los gustos”.

4. Olvidarse de la mascarilla

Si durante el resto del año es importante, ¡ahora más!, como recomienda Eduardo Sánchez, “en verano y sobre todo si hay exposición solar y contacto con el agua de mar o con la de la piscina, es imprescindible aplicar, mínimo dos veces por semana, una mascarilla capilar que repare e hidrate en profundidad el cabello. Mi truco es aplicarla en seco, no importa tanto el tiempo de exposición –bastaría dejarla 10 o 15 minutos-, como hacerlo en seco antes de lavar el cabello. Cuando el cabello está mojado, el agua impide que el producto penetre en la fibra capilar y no tiene una acción tan profunda. Después de aplicar la mascarilla, simplemente hay que lavar el cabello como se lava habitualmente”.

5. No dar los cuidados que el cabello coloreado o con mechas necesita

“Son los que más sufren en verano”, explica Eduardo Sánchez, “son más porosos y por lo tanto más sensibles a las agresiones externas. Además, son más propensos a la oxidación y a tornar a tonos indeseados cuando se exponen de manera continua a los rayos del sol, el cloro o la sal. Los rubios se oxidan mucho y los rojos son los más sensibles a la pérdida de tono. Por eso se hace indispensable el uso de champús, acondicionadores o mascarillas con pigmentos que, utilizados según el consejo de cada fabricante, son fundamentales para mantener la intensidad del color y el brillo a salvo de las continuas agresiones y para neutralizar los tonos indeseados”.

6. Hidratar poco el pelo o no hidratarlo

El cabello contiene entre un 10 y un 15% de agua y en los días más calurosos de verano, parte de esa agua se evapora. “Ese es el motivo de que el cabello esté encrespado e indomable, es muy importante compensar esta pérdida de hidratación rellenando los depósitos de agua regularmente utilizando sérums, aceites o sprays hidratantes”, aconseja el director de Maison Eduardo Sánchez.

7. Querer ser más rubia en verano

Al contrario, como aclara el estilista, “es recomendable que antes de los días de sol y playa, en la última visita al peluquero, se apueste por un rubio algo más oscuro porque la exposición solar, el cloro y el salitre ya aclaran de por sí el cabello. Con especial atención a los rubios dorados y miel que son los que más aclaran y tornan hacia tonos indeseados. Los rubios beige y platino sobreviven mejor porque el verano los potencia”.

8. Ser infiel

E ir en vacaciones a un salón de belleza diferente. “Los mayores desastres de color”, confiesa Eduardo Sánchez, “ocurren cuando buscas una peluquería para un retoque de emergencia en tu destino de veraneo… Es entonces cuando la catástrofe está casi asegurada. Si es imprescindible, pide a tu estilista de confianza la fórmula que utiliza en sus trabajos de color y el margen de error disminuirá”.