Inteligencia emocional en la peluquería Por Enrique Marco García, Peluquería y Estética Masculina

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Un artículo de Enrique Marco García, Peluquería y Estética masculina Quiquepop

Trabajamos con personas, y las personas somos muy básicas, queremos cariño, que nos hagan sentir bien, sonreír, desconectar, evadirnos… En definitiva, encontrar un espacio donde la sensación del tiempo no se perciba.

¿Qué está pasando en la peluquería española? Yo siento que hay evolución, hay ganas de avanzar, estamos adquiriendo un muy buen nivel mundial. ¿Por qué la inteligencia emocional en los salones? Es algo que se lleva practicando muchos años y los resultados son inmejorables.

¿Tu salón de peluquería es emocional o industrial? ¿Sabes diferenciarlos? ¿En qué punto crees que estás?

Muchos profesionales de la peluquería siempre hemos pensado que para tener un mejor salón hay que formarse con nuevas tendencias, ofrecer servicios distintos, diferenciadores, siempre buscando mejor técnica, mejor destreza en nuestro trabajo, pero simplemente nos hemos quedado en la base de nuestro oficio. Por supuesto que todo esto es importante, faltaría más, pero no debemos olvidar que trabajamos con personas, y las personas somos muy básicas, queremos cariño, que nos hagan sentir bien, sonreír, desconectar, evadirnos… En definitiva, encontrar un espacio donde la sensación del tiempo no se perciba.

Seguro que te viene a la mente algún compañero(a) que tiene una muy buena técnica y otro compañero con una técnica simplemente correcta, pero con buenas actitudes sociales, empatizando, conectando con los clientes(as), y ya sabrás quién tiene más clientela. ¿No te ha pasado alguna vez cuando vas a un restaurante y la comida está buenísima pero el trato es frío que no te hacen sentir del lugar? Y después vas a otro restaurante con la comida buena, perfecta, y además con un trato agradable, y entonces te sientes como en casa, y llega el momento que tienes que invitar a tu familia y no quieres fallar, y ¿dónde los llevas…? Al segundo, por supuesto, porque sabes que les van a hacer sentir bien, lo cual es el resultado final de cualquier acto, sentirse bien.

Hay salones que mecanizan tanto, que son totalmente impersonales, todo es rutina, los empleados se cansan, y la clientela también. También hay salones que no tienen ningún tipo de protocolos de trabajo, y son un desastre; no sabes lo que va a pasar cada vez que vas. Cuando atendemos a nuestra clientela con una sonrisa y les hablamos mirando a los ojos, cuando establecemos contacto directo, cuando desarrollamos felicidad, optimismo, control de los impulsos, empatía, percepción emocional, manejo de las emociones, asertividad, adaptabilidad y automotivación, está claro que el resultado es muy distinto.

La atención al cliente, la limpieza, el olor, el tacto… En definitiva, debemos procurar analizar todos los sentidos y no descuidar ninguno. De esa forma, las sensaciones que desarrollamos en nuestros clientes van a ser positivas y el conjunto puede ser espectacular.

El trato a la hora de atender a la clientela, la escucha activa y la asertividad son elementos imprescindibles para hacer que la clientela se sienta bien, para después aplicar un poco de psicología positiva en la conversación, que es lo que todos deseamos, pero nos lo tienen que decir. Llegado este punto, el tacto es importante, la transmisión de energía es vital, hacerlo en el momento correcto, proporciona bienestar a nuestra clientela.

Otro de los puntos importantes para desarrollar estas emociones vinculantes, es el sentido de pertenencia, a las personas nos gusta desarrollarlo. Hacer que tu clientela pueda sentir eso de tu negocio es fenomenal. Os voy a contar una anécdota, hace muchos años, 10 por lo menos, coincidí en la inauguración de una tienda de ropa de una firma muy conocida que abría una sucursal en Mare Magnum, Barcelona, y nos dejaron pintar con sprays a los que estábamos allí las paredes de la tienda, yo no he sido comprador de esa marca de ropa, pero desde ese día mi sensación de cercanía hacia esa firma cambió totalmente.

Con esto solo quiero indicar que cuando un cliente(a) desarrolla estos lazos de unión, y sabe que hay algo suyo en nuestro salón, la vinculación es muy estrecha y la sensación de pertenecer a nuestro salón es tremenda.

Con todo esto, ¿qué quiero decir? Las personas buscamos ser un poco más felices en cualquier situación, lugar y momento del día, lo que ocurre, es que suele ser más difícil de lo que parece, si los peluqueros desde nuestra posición de labor de bienestar social que ejercemos, lo potenciamos, los resultados y las satisfacciones conseguidas son geniales y gratificantes por los dos lados. Y sin darnos cuenta, lo que conseguimos es ser nosotros mismos más felices.

¡Yo tengo claro, que uno de mis objetivos, es ese!

enrique