¿En qué consiste el síndrome del túnel carpiano? Y, ¿por qué nos atrevemos a llamarlo la “enfermedad o lesión del peluquero”? Es un problema de salud que se origina por la repetición de ciertos movimientos de la muñeca; movimientos que (sorpresa) son los que protagonizan el día a día de un profesional de la peluquería. No ignores los síntomas: podría impedirte trabajar.
Aunque en el desarrollo de sus labores y sus mundos sean totalmente diferentes, incluso opuestos, es curioso que haya un problema profesional que pueda afectar por igual a un informático y a un peluquero. A ambos especialistas les puede llegar a unir un dolor: el del síndrome del túnel carpiano.
Según la Clínica Universidad de Navarra, el síndrome del túnel carpiano es una enfermedad, una neuropatía, que produce daño del nervio mediano debido a un aumento de la presión en ese túnel.
El doctor Victor Triviño Sánchez-Mayoral, de la Unidad de Cirugía de la Mano y Microcirugía del Hospital HM Monteprincipe de Madrid, y miembro de Doctoralia, nos lo ha explicado de la manera más sencilla posible: “El túnel carpiano es un espacio cerrado de la muñeca delimitado entre huesos y ligamentos por el que discurren tendones, nervios y otras estructuras. Habitualmente, este paso es estrecho y, al disminuir el tamaño del mismo (por inflamación, fracturas de muñeca, artritis reumatoide, tendinitis, quistes, etc.), produce la compresión e irritación del nervio mediano, generando este síndrome”.
El síndrome del peluquero
La peluquería, como sabrás, es una actividad manual intensa, que requiere de movimientos repetitivos y continuados de los músculos propios de la mano y el antebrazo. Tantas horas cortando con la tijera, sobre todo, pero también mezclando y aplicando el color con la paletina, agarrando con fuerza el secador, prensando la plancha para alisar, manejando la maquinilla… “Eso origina sobrecarga y, en ocasiones, inflamación, que puede desembocar en síntomas”, explica el doctor.
Estos síntomas, continúa, comienzan a dar la cara poco a poco. Empiezan como “hormigueos y entumecimiento en los dedos pulgar, índice, corazón y anular, quedando excluido el dedo meñique”, y se incrementan cuando se sobrecarga porque se usa la mano, o incluso por la noche. Y duele, duele un montón.
“La progresión de dicha enfermedad puede conducir a un dolor continuo”, confirma el Dr. Triviño, pero también hacia una debilidad progresiva e incapacitante en la mano afectada. Y, “en el caso de los peluqueros, podría limitar notablemente su actividad laboral”, indica. De hecho, el síndrome del túnel carpiano está incluido dentro del cuadro de enfermedades profesionales, aprobado por Real Decreto (aquí, el BOE).
Aunque, según el cirujano, es difícil especificar la causa concreta de aparición de una enfermedad, “en este caso sí que sería posible guardar una relación entre realizar una actividad repetitiva intensa (peluquería) y la aparición de este síndrome”. Eso quiere decir, también, que (aunque requiriese un peritaje que lo acredite) esta dolencia estaría cubierta como enfermedad profesional frente a una posible baja o cese de la actividad. ¡Pero no queremos tener que llegar a eso!
Cómo prevenir o curar el síndrome del túnel carpiano
¿Cómo se puede prevenir el síndrome del túnel carpiano? Pues, como te podrás imaginar, para un profesional de peluquería, es complicado, porque los movimientos repetitivos que indicamos anteriormente (cortar, peinar, alisar, teñir) son los que conforman toda su actividad laboral diaria. “Es algo complicado prevenir completamente la aparición de este síndrome si la tarea intensa no cesa”, confirma Víctor Triviño.
No obstante, recuerda la importancia de utilizar herramientas adecuadas, y buscar aquellas que tengan una forma más anatómica, que puedan disminuir la carga sobre la mano. Puede ser interesante preguntar directamente por estas características entre los distribuidores de herramientas que, casi con toda seguridad, ya habrán pensado en esto. “También es importante realizar descansos frecuentes, estiramientos y pequeños masajes sobre los músculos para favorecer su relajación”, puntualiza el especialista.
Si eres peluquero o peluquera y tienes síntomas que encajen con este síndrome, es importante que tomes medidas rápidamente para que la dolencia no vaya a más. Es decir: ¡ve al médico! “Para confirmar el diagnóstico y valorar el grado de afectación es necesario realizar un electromiograma. Posteriormente, si se confirma, se comenzará el tratamiento”, que consiste inicialmente en la toma de una medicación antiinflamatoria y el uso de “férulas de inmovilización que reduzcan la irritación del nervio durante los periodos de más actividad”, continúa el doctor.
En el caso de que la enfermedad continuase o el nervio estuviese muy afectado, habría que plantear la intervención quirúrgica. “Esta consiste en la apertura del túnel, seccionando el ligamento que cierra el espacio para ampliarlo y que, así, cese la compresión sobre el nervio”, concluye.
¿Eres peluquera? Esto te afecta más
El síndrome del túnel carpiano afecta aproximadamente al 3 % de la población, y más a mujeres que a hombres (como puedes leer aquí o aquí). Concretamente, según este artículo del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, “es más frecuente en la mujer con ratios de 3:1 o incluso 10:1, entre los 40 y 60 años”. Si pensamos precisamente en este sector, el de la peluquería, efectivamente, el número de profesionales mujeres es superior al de hombres, pero esta mayor incidencia no tiene que ver directamente con la actividad profesional (otros trabajadores vulnerables son, por ejemplo, mecánicos, soldadores, carpinteros, pintores…), sino con la anatomía.
“En mujeres, al encontrar una muñeca más estrecha y pequeña, el túnel carpiano también es más angosto y es más fácil que los tendones se inflamen. También hay otras causas por la que esta patología es más frecuente en mujeres, como pueden ser los cambios hormonales o un periodo de embarazo, donde la inflamación puede aparecer de forma generalizada”, explica el doctor Victor Triviño Sánchez-Mayoral. Aunque, como él mismo concluye, “si a ello le sumamos una actividad intensa profesional [como la que ejercen las peluqueras], las probabilidades de aparición del síndrome aumentan considerablemente”.









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