¿Vuelven las mechas con gorro?

mechas con gorro

Lo hemos visto en reels y tutoriales de Instagram, nos lo han confirmado algunos peluqueros profesionales y otros, incluso, nos han chivado que han visto esta técnica en pasarelas de alta costura. ¿Es posible que vuelvan las mechas con gorro?

Vale que estemos volviendo a la moda de los años 90 y los 2000. Nos encantan los moñitos, las trencitas, incluso las mechas chunky. Pero… ¿tiene sentido recuperar una técnica menos avanzada que las que se emplean ahora? Si vuelven las mechas con gorro, ¿sería un revival o una involución? Le preguntamos a dos grandes profesionales (y que a las utilizaron en su momento) qué opinan de este tema. Pero, para empezar…

¿Qué son las mechas con gorro?

Para el que nunca las haya probado, las mechas con gorro son, literalmente, “unas mechas que se realizan colocando un gorro con agujeros”, responde la peluquera Anna Barroca. La técnica consiste en meter una aguja de ganchillo por los orificios del gorro de silicona. Esos mechones, normalmente muy finos, que se sacaban, eran los que se decoloraban. “Es una técnica que era muy frecuente hace unos años para conseguir un acabado muy natural a base de aplicar el color de forma fina y uniforme”, continúa Barroca.

Aunque, quien dice ‘unos años’… “Cuando yo empecé en peluquería, hace más de 30 años, ya se hacían así. Es decir, en los 80 es cuando se hacían a gorro”, nos indica por su parte el peluquero Manuel Mon. Dejaron de utilizarse, especifica Barroca, hace unos 10 o 15 años, “ya que técnicas como la mano alzada o el uso de láminas de aluminio la sustituyeron”.

Volvemos, entonces, a la misma pregunta: ¿por qué vuelven? “Creo que nos gusta rescatar cosas del pasado. De hecho, regresan también las melenas peinadas con rulos, aunque todo lo que vuelve lo hace siempre actualizado. Ahora mismo contamos con tantas posibilidades para conseguir un color increíble que, si llegan las mechas con gorro, será para sumarse a lo ya existente, no para sustituirlo”, opina la estilista.

Mechas con gorro sí, pero mejoradas

La peluquería, sus técnicas y productos, han evolucionado. El propio sistema para lograr este efecto es, nunca mejor dicho, bastante engorroso. “Con el uso de la aguja de ganchillo podemos dañar la fibra, sobre todo en melenas largas. Las herramientas que se han ido incorporando al mundo de la peluquería simplifican los procesos, ofrecen muchas garantías y son más cómodos”, sostiene Barroca.

También nuestros gustos han cambiado. Si antes se llevaban las mechas más uniformes, para lo cual este sistema era más adecuado, ahora se buscan resultados supernaturales, con mechas casi imperceptibles a las que se llega con la combinación de técnicas y varias tonalidades. Sin embargo, para Manuel Mon esta técnica también podría rescatarse siempre que sea modificándose o utilizándose junto a otras técnicas para alcanzar un resultado más actual.

“He visto a algunos peluqueros que, en la parte de arriba del gorro, cortan la zona de la coronilla con una forma más cuadrada y, a partir de ahí, juegan con varias técnicas. Puedes utilizar las mechas de gorro en la parte frontal, posterior y laterales y, en la de arriba, unas mechas balayage o californianas, con medios y puntas más claras, realizando las dos técnicas con el gorro puesto. Luego quitas el gorro y, en la parte delantera, hacer un shadowroot, degradar más el color y que no se vea tan de raíz, sino más moderno”.

Pros y contras

Aunque, como decíamos, en general, la técnica es un poco aparatosa, el sistema tiene ciertas ventajas. Según Manuel Mon, “el gorro lo que te permite es más limpieza a la hora de aplicar una segunda decoloración, una tercera, porque no estás tocando el cabello de la zona de abajo, la que está tapada con el gorro. Esto te deja jugar y modificar el color sin alterar la base que tienes debajo”. Además, continúa, “incluso a la hora de matizar, o para ponerle a esas mechas un color de fantasía te es mucho más cómodo, porque trabajas sobre una zona mucho más limpia”.

En cuanto a los contras, el peluquero nos indica la falta de evolución de este sistema y de la herramienta –el gorro–. Si queremos adaptarlo, debemos hacerlo nosotros mismos. Y esto también da mala imagen: “A menos que le des otra interpretación, es volver a lo antiguo, a lo clásico, y algunos clientes pueden verlo anticuado”. Otro de los inconvenientes derivados de estos gorros y su material es, como apuntaba Anna Barroca, el posible daño al cuero cabelludo con su consiguiente molestia para el cliente.

Manuel Mon backstage 2

Por eso, si aún queremos llevarlo a cabo, Mon indica que hay que hacerlo con el pelo “muy, muy limpio”, y antes de poner el gorro peinaremos bien el cabello y aplicaremos un producto aceitoso o un sérum para que los mechones no se enreden al sacarlos con el ganchillo.

¿Las usarían los profesionales?

Aunque a día de hoy ninguno de los dos expertos utiliza esta técnica, no descartan que vuelva. Si lo hiciese, Manuel Mon optaría por ella “en cabellos cortos en una zona frontal o en la zona de arriba si quieres unas babylights, que son más finas”. Por su parte, Anna Barroca solo las contempla “si buscamos un acabado retro, para reproducir un look con inspiración en décadas pasadas”.