En primera persona: El día de Lorena

LL boda en la estacion otero de herreros lara onac 5 21 websize 1
Fotografías: Lara Onac

¿Cuál es el proceso que sigue una futura novia para elegir quién quiere que la peine o la maquille? ¿Cómo se decide por el peinado que se va a hacer o averigua el maquillaje que va a sentarle mejor? Ese día tan importante, ¿cómo trabajan, en sinergia, dos profesionales que no han coincidido nunca antes? Hacemos un repaso a tres bandas de cómo se crea un look nupcial: desde el punto de vista de la novia (y no una cualquiera, sino una muy cercana al mundo de la peluquería y la estética), el de la peluquera y el de la maquilladora.

Nuestra compañera Lorena se casó en octubre. Fue una boda preciosa, emotiva, divertida. Lo habían planificado todo a su gusto y con mucho gusto. Lo que no habían planeado es que su boda iba a servir para realizar un reportaje en la revista ni que ella misma iba a ser esta vez la modelo de sus páginas (¡y seguro que no se habría dejado convencer para ello!). Todo surgió después, al ver las fotos. Pensamos: te tenemos a ti, la novia, estas imágenes fantásticas, el contacto con la peluquera y con la maquilladora… ¿Por qué no contamos cómo se diseñó tu look desde todos los ángulos? Y esta opción sí nos pareció ideal a todos. Así nos relataron su experiencia.

Lorena, la novia

Lorena fue un poco la clienta que todo profesional desearía: con las ideas claras pero abierta a las sugerencias del experto. “La verdad es que no sé si lo tenía todo muy claro o es que quería varias cosas y no sabía por cuál decidirme”, confiesa. Desde el principio sabía, por ejemplo, que quería llevar el cabello recogido, con un peinado que incluyese trenzas; pero, por otro lado, también le apetecía poder lucir su melena larga, aunque fuese con un semirrecogido. “Yo ya había visto en el perfil de Instagram de la peluquera que a otras chicas les había hecho dos peinados, así que esta me pareció una solución fácil y sencilla”, nos explica.

LL boda en la estacion otero de herreros lara onac 2 70 websize
Fotografías de: Lara Onac (@laraonac)

Lorena tenía fichada a Marieta Garí Navarro (Marieta Hairstyle) desde hacía años, porque fue quien se encargó del peinado de novia de una conocida de la universidad. “La empecé a seguir y pensé lo típico: ‘si algún día me caso… La llamo’”. Y así lo acabó haciendo. “No sabía si quizá había metido la pata. Conociendo a tantos peluqueros buenísimos como conocemos aquí, estaba eligiendo a una persona que había visto por Instagram y de la que no tenía más referencias que las fotos que subía. Pero como me gustaba mucho, me tiré a la piscina. Es de las primeras cosas que reservé en cuanto supimos la fecha”. Le gustaba la naturalidad de sus peinados, que eran bonitos pero desenfadados, algo que sentía que casaba con su personalidad. “Yo me había estudiado toda su web y tenía preparada una lista con los peinados que más me gustaban, porque cada uno tenía un nombre, y cuando vino a mi casa para la primera visita fue ella quien me dio la idea de que, en vez de dos peinados, podíamos hacer tres, con un paso previo con coleta”. Tres looks en uno.

El proceso de pasar de un peinado a otro era fácil. “Aunque yo no lo veía, el moño lo sujetaban unas horquillas normales. Solo había que quitarlas para dejar el peinado en una coleta. Y luego, para pasar al semirrecogido, había una goma con unos ganchitos. Esa goma era de otro color para fuera más fácil indicárselo a cualquier otra persona. Yo, de hecho, cogí a la mujer de la finca que nos ayudaba con la organización y le pedí que me la quitase antes de entrar”.

Lorena: “El moño lo sujetaban unas horquillas normales. Solo había que quitarlas para dejar el peinado en una coleta. Y, para pasar al semirrecogido, había que quitar una goma con ganchitos. Esa goma era de otro color para fuera más fácil indicárselo a otra persona”

El tema del maquillaje, nos cuenta, era un poco más complicado para ella. “Porque, ¿en qué te basas? Puedes ver imágenes de otras personas y pensar que un look es muy bonito, pero ¿cómo sabes que a ti te va a quedar bien? Además, las fotografías ahora las puedes editar de tantas maneras que… ¡a saber!”, nos explica Lorena. Eligió a la profesional basándose en dos referencias distintas. “El nombre de Cristina Lobato lo conocía de sobra, porque recibimos sus notas de prensa desde hace un montón, pero no había pensado en ella hasta que encontré (también por Instagram) a la fotógrafa”. Fue ella quien, al decirle que aún no tenía a nadie contratado, le recomendó a Lobato, con quien había trabajado muy bien en otras ocasiones.

LL boda en la estacion otero de herreros lara onac 2 61 websize
Fotografías de: Lara Onac (@laraonac)

“Me puse en contacto con ella y el resultado de la primera prueba me encantó. Yo uso muy poco maquillaje, un poco de polvos para no ir pálida, un poco de rímel y listo. Le conté eso, y que quería algo muy natural, quizá potenciar un poco más la mirada que los labios… Y la primera prueba que hizo me encantó. Se centró en cuidarme mucho la piel y, de primeras (y eso que iba con gafas) me gustó mucho”, relata la novia.

Marieta, la peluquera

Desde el momento en que entré en casa de Lorena el día de la prueba sentí conexión con ella. Tenía apuntados por el nombre los peinados de mi web que más le gustaban y eso ya me conquistó, así que fue como si la conociera de antes”, nos escribe Marieta Garí (@marietahairstyle). Eso de tener un nombre para cada peinado, un nombre de mujer, concretamente, se le ocurrió desde el principio, desde que decidió en 2013 dedicarse profesionalmente a eso que llevaba toda la vida haciendo: trenzar el cabello. “Para mí era mucho más fácil ir dándoles el protagonismo que se merecen, ya que gracias a ellos he llegado a donde estoy ahora. Además, cada uno tiene una historia, suelen ser mujeres que me han influenciado a la hora de crear el peinado (muchos tienen nombres de novias que han pasado por mis manos) o recuerdos de familiares y amigas”. Esto facilita la relación con sus clientas que, como Lorena, pueden indicarle fácilmente sus gustos.

LL boda en la estacion otero de herreros lara onac 2 75 websize
Fotografías de: Lara Onac (@laraonac)

En cuanto a los peinados desmontables, explica, “me gusta que las novias tengan más de una opción por si en algún momento de la boda de repente les apetece algo que no tenían en mente. El tiempo puede cambiar y te puedes sentir de una forma u otra, así que tener más de dos opciones me parece lo más para elegir según cómo te sientas ese día”. Lorena, por ejemplo, quería empezar con un recogido y terminar con un semirrecogido. “El paso de recogido a ‘semi’ siempre lo sujeto con una coleta porque aguanta muchísimo más el peinado, y no quiere decir que te tengas que dejar la coleta cuando desmontas el moño”, nos indica; sin embargo, de esta manera pudo ofrecerle tres looks distintos que acabaron encajando perfectamente –de más a menos formal– con cada momento de la velada.

Como Lorena ya nos había chivado el proceso de cómo pasar de uno a otro, Marieta no tiene más remedio que reír y confirmar. “Son mis trucos, pero básicamente es así. Se lo suelo explicar a la persona que está ahí y la veo con maña. Muchas veces las fotógrafas se ofrecen”. Este proceso, además de ofrecer versatilidad, da un plus de seguridad ante posibles contratiempos. “Los peinados desmontables son clave para tener una opción B, nunca sabes si por un tirón o un enganche se van a salir más pelos de lo normal, y de ahí a deshacer el peinado entero hay un mundo: ¡tienes dos más peinados debajo!”

Marieta: “Me gusta que las novias tengan más de una opción por si en algún momento de la boda de repente les apetece algo que no tenían en mente”

Cristina, la maquilladora

En sus primeras tomas de contacto, Cristina Lobato suele realizar una pequeña entrevista a la novia para conocer su estilo y pide que le envíen algunas referencias de internet para saber cuáles son sus expectativas. “En el caso de Lorena esto no era una herramienta viable porque tiene un estilo propio tan definido que no se veía reflejada en ninguna imagen que le pudiera servir de guía”, nos cuenta la maquilladora. Así, pudo poner en práctica otra de sus metodologías de trabajo, a través de la cual trata de averiguar el estilo de la novia al margen de “tecnicismos profesionales”, nos explica. “Le hice preguntas del estilo: ¿te gusta tu piel mate o te gusta más cuando luce con luminosidad? Cuando maquillas tus ojos, ¿te pintas línea húmeda del párpado inferior, delineas el párpado superior…?, ¿con qué color? ¿Cómo te gustan las sombras en la zona de párpado móvil, mates o shimmer?”. Así, entre las dos, pudieron ir creando el look con el que más favorecida se sentiría en su día.

LL boda en la estacion otero de herreros lara onac 2 152 websize
Fotografías de: Lara Onac (@laraonac)

Como nos contaba la novia, la piel fue uno de los puntos más trabajados en su estilismo. “Lorena tiene una piel absolutamente equilibrada y muy saludable y esto la convierte en el lienzo perfecto. La trabajamos con una base de cobertura modulable para unificar las tonalidades de la piel sin esconder o soterrar su luminosidad y jugosidad natural. Por eso solo matificamos con polvos aquellas zonas susceptibles de crear brillos”, detalla Lobato. Respecto al maquillaje de los ojos, “marcamos una estructura muy natural con sombras de tonos cálidos para crear mayor dimensión al párpado y lo combinamos con un delineado bastante marcado para ampliar la mirada”.

Cristina: “Es muy importante ser un buen compañero, facilitar el trabajo y respetar los tiempos de otros proveedores; esto es imprescindible para crear un buen ambiente el día de la boda”

No obstante, para llegar a definir el look final, los profesionales no solo investigan el gusto de la novia. Si la boda es civil o religiosa, la inspiración de la decoración, el vestido o quién lo diseña, el tipo de ramo… “Todos estos detalles hablan del estilo de la pareja y hacen que el resultado del maquillaje y la peluquería tenga coherencia y esté en total armonía con la estética o temática de la boda”, explica Lobato. Ambas, maquilladora y peluquera, también se interesan por el resto de profesionales con los que van a coincidir. Por ejemplo, saber quién hace las fotos permite indagar en cómo las edita, y esto es importante “porque dependiendo de esa edición, el maquillaje puede sufrir trasformaciones en los tonos”.

Por este motivo, cuando le preguntamos a Cristina, en base a su experiencia, qué consejo le daría a otros profesionales, no solo se refiere a lo individual, también a lo común: “Mi consejo es que cuiden mucho de la imagen de su marca tanto a nivel de comunicación como a nivel personal y, por otro lado, es muy importante ser un buen compañero, facilitar el trabajo y respetar los tiempos de otros proveedores, que es imprescindible para crear un buen ambiente el día de la boda”. Por ejemplo, ante la imposibilidad de cuadrar agendas, la maquilladora se aseguró de ser prudente y llegar media hora antes que la peluquera para realizar aquellas tareas que pudieran dificultar o ralentizar su trabajo.

Tanto la peluquería como el maquillaje, nos dice Lobato, son trabajos vocacionales, por eso no vale solo con dar el 100 % a nivel técnico, sino que “además tienes que estar dispuesto o dispuesta a acompañar emocionalmente a las personas en un día muy especial para ellas. Crear un vínculo y un bonito recuerdo creo que es lo único que nos garantiza el éxito”. Ella tiene claro cuál es el recuerdo bonito que se llevó de esta boda. “Aún recuerdo a Lorena el día de la prueba, con esa sonrisa honesta que le caracteriza, diciéndole a su madre: ‘Mamá, me gusta, me veo bien’”.