¿Sabes qué champú utilizar? Para elegirlo correctamente debes conocer tu pelo

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No todos los champús valen para todos los tipos de cabello. Hay uno específico para cada tipo de pelo y serán sus características propias las que determinen cuál debe ser el elegido. MC360, clínica especializada en salud capilar, destaca que el champú adecuado es aquel que le sienta bien al cabello en función de sus características para que tenga un aspecto sano, suave y brillante.

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Si tras el lavado el cabello queda apelmazado es sinónimo de que se ha utilizado un champú demasiado hidratante y si, por el contrario, se queda seco, significa que se trata de uno para cabellos normales cuando se necesita una hidratación extra.

La doctora Cristina G. Chacón, de la clínica de salud capilar MC360, aclara qué champú es el adecuado para cada tipo de cabello:

  1. Pelo liso y sin volumen: El idóneo es aquel que va a dar cuerpo al cabello mejorando su apariencia y en su etiqueta probablemente esté escrito “efecto volumen”.
  2. Pelo liso y graso: Estos cabellos suelen parecer sucios, aunque estén prácticamente recién lavados debido a la sensación de apelmazamiento producida por la sobreproducción de sebo. “Lo ideal es elegir un champú para el control de grasa y alternarlo con un champú de lavado en seco para, así, equilibrar la producción de grasa de las glándulas sudoríparas”, reconocen desde MC360.
  3. Pelo rizado o encrespado: Es aconsejable utilizar cualquiera que sea hidratante, ya que lo que en estos casos se necesita una abundante hidratación para mantenerlo bajo control.
  4. Pelo seco, maltratado o teñido: Precisan de un cuidado diario exquisito al margen de elegir el champú adecuado, que será de alta hidratación acompañado de una mascarilla de las mismas características.

“Es recomendable prescindir de champús con sulfatos, a pesar de que ninguno de los que está a la venta contiene una concentración elevada de productos químicos suficiente para que pueda considerarse dañino para el pelo y el cuero cabelludo”, reconoce la doctora Chacón. Un ejemplo de estos componentes químicos es el denominado sulfato, un tipo de surfactante potente o detergente cuya función es separar la grasa del pelo en el lavado. En el caso de los productos de uso frecuente se reduce considerablemente el contenido de surfactante, al igual que en los infantiles, con el fin de evitar irritación ocular y del cuero cabelludo.

La doctora Chacón hace hincapié en que siempre se debe utilizar el champú que mejor se adapte al tipo de cabello y sus circunstancias: “si alguna de estas variables cambia, también tendrá que hacerlo nuestro champú, pero, en caso contrario, no hay que optar por ningún otro porque si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?”.