De todo! y nada bueno. Tu melena al igual que la piel tiene el mismo derecho a blindarse del sol. El cabello
también se “quema” y saca lo peor en tu melena. Fuera de ser una opción, los protectores capilares son la
solución, según explica Adolfo Remartínez, creador de Nuggela & Sulé.
¿Aún te extraña tener que cortarte siempre el pelo a la vuelta de las vacaciones para resucitarlo? Te diremos que solo se libran de este sacrificio las que llevan un buen foto-protector capilar en la bolsa de playa, y que el Total Hair Protector de Nuggela & Sulé es uno de los más completos del mercado ya nos protege del sol y a la vez lo podemos seguir usando después de la ducha porque nos protege contra las altas temperaturas de las planchas y secadores, que también restan mucha hidratación al cabello.
CRÓNICA DE UN “SUICIDIO” CAPILAR ANUNCIADO
Esto es lo que le pasa a tu melena cuando se enfrenta al verano “a pelo”:
Día 1. Ya se notan los efectos de la arena, que causan irritación, sensibilidad en el cuero cabelludo y perdida del color.
Día 2. El viento provoca nudos que al desenredarlos producen un desgaste de la cutícula.
Día 3. Para mantener el pelo libre del encrespamiento tienes que plancharlo a diario y éste se resiente.
Día 4. El pH del cabello ya se ha modificado a consecuencia de la radiación UV, el cloro y el salitre.
Día 5. Después de cinco días de arena y baños, el cuero cabelludo se muestra especialmente frágil.
Día 6. El cloro, el hierro y el cobre presente en el agua de las piscinas modifica el color del cabello.
Día 7. Tu pelo “cruje”. La sal marina se cristaliza en la fibra capilar facilitando su ruptura y abriendo las puntas.
Día 8. El sol y su radiación restan lípidos al cabello. ¿Consecuencias? Pelo más quebradizo.
Día 9. La radiación UV ya ha alterado los pigmentos del cabello aclarando el color y provocando virajes verdosos o anaranjados.
Día 10. La queratina ya se ha degradado por completo y el cabello está extremadamente seco, frágil, opaco y quebradizo.
