Laura Betato: formación en tiempos del covid

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Bhaus Barcelona, la escuela de Laura Betato (a la que entrevistamos como jurado de la pasada edición de los Fígaro), se ha convertido, por derecho propio, en una de las compañías formativas más demandadas de nuestro país. Con un lema sencillo y directo, “No es arte, es técnica”, tienen un objetivo claro: llevar la disciplina del corte a todo aquel que quiera crecer profesionalmente.

Ellos se definen como educadores, no artistas. Su programa formativo se basa en la evolución. Los diferentes cursos que imparten están conectados entre sí, sin ser réplicas los unos de los otros, al contrario, ofreciendo en cada uno de ellos herramientas nuevas para poder llevar a los salones y aplicarlas.

Tras un 2020 convulso a causa de la pandemia, se enfrentan a un 2021 con la misma pasión y teniendo ya prácticamente todo el año cerrado. Este primer semestre lo encaran con 18 formaciones, todas ellas presenciales. Son la prueba viviente de que el mundo tiene que continuar, pero con todas las medidas de higiene y seguridad pertinentes, de lo que el mundo de la imagen personal siempre ha sido un referente– y de que el alumno peluquero sigue estando ávido de conocimiento.

Pregunta.- Como formadores, ¿cómo os habéis sentido con las nuevas medidas de seguridad impuestas al dar los cursos?

Respuesta.- Los peluqueros, en general, hemos sido un ejemplo a seguir en cuanto al cumplimiento de las medidas de seguridad, tanto en los salones como en las formaciones. Hemos asumido la “nueva normalidad” para defender nuestros negocios y proyectos. Honestamente, todos los asistentes a nuestros seminarios conocen los protocolos a la perfección, entre otras cosas, porque los aplican cada día en sus salones.

P.- ¿Cómo ha variado la relación con el alumnado?

R.- No ha variado en absoluto. Nuestros seminarios siempre han sido para grupos reducidos en espacios amplios y acondicionados para que nuestra propuesta educativa mantenga los estándares de calidad. La acogida por parte de nuestros clientes ha sido más cálida (manteniendo la distancia) que nunca.

P.- Ante esta nueva era formativa ¿os habéis encontrado muchas dificultades?

R.- Principalmente para viajar, ya que la onda expansiva de la COVID-19 también afecta a las aerolíneas y éstas han tenido que reducir su oferta. Antes, viajar a Vigo era un momento, pero ahora se convierte en una odisea, ¡aunque siempre encontramos la manera de llegar a tiempo!

Cenar o tomarte un café cuando estás fuera de casa es una “misión imposible” pero todas las empresas con las que trabajamos son conscientes de ello y nos facilitan la tarea. Muchos de ellos nos han abierto las puertas de su casa.

P.- Vivimos una época de incertidumbre… ¿Por qué es necesario que el peluquero se siga formando? ¿Notáis a los alumnos ávidos de aprendizaje?

R.- La incertidumbre jamás debería anular las ganas de aprender, ser prudente es razonable, quedarse inmóvil es peligroso para cualquier profesional que quiera prosperar.

Y sí, un sí rotundo, todos estamos deseosos por sentir que cogemos las riendas de nuestra vida para poder hacer, en el más amplio sentido de la palabra, lo que “nos apetezca” sin restricciones ni toques de queda.

P.- ¿Qué beneficios obtienen los alumnos una vez han pasado por vuestro programa formativo?

R.- Sería más sensato que ellos respondieran a eso, pero es cierto que uno de nuestros pilares es compartir con otros profesionales el porqué de cada unos de los procesos técnicos. Cuando comprendes detalles como, por ejemplo, de qué forma se comporta la estructura craneal, la tensión que debes ejercer al proyectar el cabello o cuál es tu posición corporal correcta frente al corte, entiendes que la precisión es comprensión y entrenamiento, así que inmediatamente logras algo increíble y que jamás nadie te puede arrebatar: confianza en ti mismo.

El corte de precisión no es solo una forma de cortar el cabello, es una manera de entender nuestra profesión

P.- ¿Por qué crees que os eligen vuestros alumnos?

R.- Creo que los profesionales que acuden a nuestras formaciones tienen muy claro lo que ofrecemos como compañía educativa: técnica, disciplina y comprensión; por ese motivo, cuando estamos compartiendo todo eso con ellos, se genera una atmósfera muy particular donde la concentración y el foco juegan un papel importante. Al terminar, todos ellos son conscientes de que el corte de precisión no es solo una forma de cortar el cabello, es una manera de entender nuestra profesión.

P.- El fenómeno online ¿está revolucionando la formación? ¿Ha venido para quedarse?

R.- Más que una revolución, ha sido una alternativa “forzada”, aunque útil, porque te permite acercar la educación a más profesionales en este momento en el que desplazarte a otro país es inviable. Sin embargo, parece que existe un afán porque sustituya a la presencial, y eso es técnicamente imposible, de entrada porque no puedes hacer correcciones físicamente y la conexión con los asistentes está a años luz, y porque la interacción es mucho más compleja y distante.

Aventurar algo en estos momentos es tremendamente osado, básicamente porque todo lo que estamos viviendo es una mezcla de improvisación a la que nos tenemos que adaptar con calzador, pero creo que con el paso del tiempo terminará consolidándose (espero que con medios más profesionales) para seguir conviviendo con la presencial.

P.- Un deseo para este año que acabamos de comenzar.

R.- Dicen que si cuentas un deseo entonces no se cumple, pero seguro que el mío es el mismo que tenemos todos.