Pocas presentaciones hacen falta, pues Manuel Mon es uno de los grandes nombres de la peluquería. No solo porque lleva 25 años en esta profesión, sino porque su estilo ya es un sello propio e inconfundible; y ese, es el sueño que cualquier artista del cabello aspira a alcanzar.
Por Josep Pons.
Nos conocimos en el año 1991. Yo era jurado de la Copa Revlon y Manuel era un joven que, evidentemente, marcaba tal diferencia, que aquella votación fue de lo más sencilla. El nivel y la calidad de su trabajo eran impecables: se merecía alzar la copa hasta lo más alto.
Manuel Mon es un profesional ejemplar: serio, trabajador, con mucho talento y con una capacidad de realización admirable. De hecho, estoy convencido de que si estuviera en un país anglosajón, tendría una dimensión de primerísima marca mundial. La tiene cualitativamente pero no mediáticamente. Y se la merece.
En él se unen las facultades que posibilitan un crecimiento y un progreso constantes. Lleva una vida honesta, humilde y sencilla, como hacen los verdaderamente grandes de su profesión. También valora mucho el factor familiar, pues en este encuentra la base que le ha permitido tener tanta solidez. Y es que a Manuel lo criaron sus abuelos y le transmitieron estos valores que tanto le caracterizan, como esa gran sensibilidad que le permite dominar perfectamente el factor emocional, un aspecto absolutamente determinante para marcar la diferencia en nuestro sector.
Actualmente ejerce como Global Ambassador de Revlon Professional y Director artístico de Intercoiffure. A lo largo de su trayectoria ha recibido múltiples premios y ha protagonizado exitosos espectáculos y shows de peluquería, un hecho que le permite sentirse totalmente satisfecho con su carrera profesional.
Sin embargo, asegura que no quiere ponerse cómodo y creer que ya lo ha conseguido todo. Y éste es su punto fuerte, ya que su ilusión, su pasión, su capacidad de superación y esa creatividad constante le permitirán llegar hasta donde quiera.
Manuel Mon ya ha conseguido todo lo que se ha propuesto y seguirá haciéndolo, porque el carácter, el equilibrio y el talento necesarios para lograrlo,le sobran.
Josep Pons:¿Cómo te definirías?
Manuel Mon: Personalmente, me definiría como una persona sencilla, tranquila, trabajadora y amiga de sus amigos. Profesionalmente, me gustaría definirme como un apasionado de mi profesión, intranquilo respecto a nuevas experiencias, siempre abierto a aprender y a valorar cualquier circunstancia profesional que se me cruce en el camino.
JP:¿Satisfecho de tu carrera profesional?
MM:Sí, me considero afortunado por todo lo que he podido disfrutar, aprender y también enseñar dentro de la profesión. Es un privilegio poder trabajar mano a mano con mi equipo en los salones cada día [tiene dos salones en Oviedo] y tener ese contacto con los clientes, de los que se aprende mucho, porque ellos son quienes nos marcan a veces la dirección en la que debemos movernos. Si esto lo uno a la posibilidad que me ha brindado mi carrera profesional de crear las colecciones Manuel Mon, de poder asistir a eventos y realizar desfiles de moda… Como te decía, no puedo más que considerarme un afortunado y un apasionado de mi profesión.
JP: ¿Cual es tu código de valores por orden de importancia?
MM: La honestidad, la humildad, la sencillez, el esfuerzo, la superación.No necesariamente en ese orden, pero son valores que creo necesarios en cualquier persona y me gustaría pensar que yo también los poseo.
JP: ¿Qué tipo de vida haces para mantenerte en forma y poder trabajar tanto?
MM: La verdad es que nada especial. Sí cuido un poco mi alimentación, intento buscar mis momentos de tranquilidad junto al mar, en mi casa, cuidando de mis perros y de mi pequeño jardín…. Siempre intento sacar algo de tiempo para poder descansar la mente, porque a veces no para. Me gusta leer, el cine o el contacto con la naturaleza y esto, además, hace surgir nuevas ideas de trabajo.
JP: ¿Como definirías tu filosofía de vida?
MM: No creo tener una filosofía de vida que pueda exponer. Y, aunque creamos tenerla, la vida nos da muchas vueltas y nunca sabemos cómo vamos a responder y actuar ante ciertas situaciones. Es más bien una forma de vida, de trato con la gente, con los amigos o con la familia: soy cercano, amable y siempre estoy dispuesto a ayudar. Tengo mi carácter, como todo el mundo, pero nunca soy cruel ni deshonesto; intento entender las situaciones que me plantea la vida y enfrentarme a ellas de la manera más natural y abierta para poder solucionarlas.
JP: ¿Y tu filosofía profesional?
MM: También es más bien un estilo profesional: trabajo y formación continua, minuciosidad y ofrecer siempre algo novedoso, innovador y atrayente. Creo que no debemos tener miedo a equivocarnos, sino todo lo contrario: equivócate y aprenderás grandes lecciones.De hecho, de grandes errores pueden salir grandes colecciones. En el trabajo diario de salón principalmente valoro el contacto con el cliente de a pie, el que pregunta, se deja asesorar y quiere experimentar, y mi estilo de trabajo en el salón es precisamente ese: escuchar y asesorar, conocer un poco al cliente y poder ofrecerle la mejor versión de Manuel Mon. Para un profesional esto es importantísimo porque no te permite quedarte atrás, debes estar siempre al día y fidelizar a los clientes que se sientan cómodos con el estilo Manuel Mon; ellos son un escaparate impagable.
JP: ¿Cómo te inspiras?
MM: Es difícil de responder. En principio, no intento crear algo de la nada. Es cierto que la inspiración debe existir como tal, pero las musas a veces solo te muestran ciertas indicaciones, el resto debe ser experimentar y encontrar la dirección que te parezca más armónica, más visual y, con los años de profesión, que te identifique como Manuel Mon, ese sello que no se puede definir ni caracterizar pero que, aunque no quieras, está ahí. Como en otras artes, porque nuestra profesión lo es, lo más complicado es apreciar una obra y,aunque no esté firmada, poder identificarla con un autor. Me gustaría pensar que ese estilo Manuel Mon existe y es claramente identificable.
JP: ¿Cómo te sientes profesionalmente?
MM: Vital, con ganas de más. Como te decía, soy un apasionado de mi profesión en todas sus vertientes. La relación de la moda con el mundo de la peluquería y la imagen me fascina, intento estar siempre informado y en contacto y eso me revitaliza, sin duda.
JP: ¿Qué factor destacarías de tu brillante carrera?
MM: Quizás para mi, por los recuerdos estupendos que guardo con determinada gente y las emociones vividas siendo muy joven, tengo un trocito de mi corazón en el logro de haber ganado en el año 1991 la Copa Revlon de peluquería. Desde entonces, mi relación con la firma RevlonProffesional ha sido un brillo en mi carrera, algo perdurable, inquebrantable en cuanto a confianza y conocimiento mutuo en nuestra forma de ver la profesión y potenciarla. El ser nombrado Global Ambassador de RevlonProffesional es algo que siempre agradeceré por el reconocimiento de la firma hacia mí y mi forma de trabajar. Años más tarde, con más madurez profesional, tuve también el honor de ganar el Style Máster International 2012 y de ver cómo una de mis pupilas conseguía el galardón en 2018. Me gustaría destacar también mi nombramiento como Director Artístico de Intercoiffure España, a los que reconozco su importantísima labor en la promoción de nuestra profesión, así como otros logros y reconocimientos nacionales e internacionales a lo largo de mi carrera profesional.
JP: ¿Alguien que te haya ayudado especialmente?
MM: Mucha gente. Los inicios nunca son fáciles y siempre que tengo ocasión se lo reconozco a todos ellos. Por supuesto, mi familia, al creer en mí al comenzar mi proyecto profesional; esto te da una fuerza interior extraordinaria. Profesionalmente, mucha gente, y no me gustaría olvidar a ninguno: mis empleados, compañeros y amigos prácticamente, por su entusiasmo en cada una de las propuestas que les hago; mi hermano, Gonzalo Zarauza, porque hacer algo tan bonito como lo que hemos hecho juntos y que la profesión nos lo reconozca, no tiene precio. Mikel García, por el aliento continuo en mejorar y contar conmigo en su trabajo, por sus sabias indicaciones y su visión de la profesión. Felicitas Ordás, por su generosidad innata y sus sabios consejos ante mis dudas y José Besó, por su sabiduría sobre la profesión, por halagar siempre mi trabajo y darme ánimos para seguir adelante.
JP: ¿Crees que le has sacado el partido deseado a tu profesión?
MM: En la vida, uno nunca se puede conformar con lo que obtiene; siempre hay que aspirar a más. Estoy profesionalmente muy satisfecho con mis logros pero siempre aspiro más, a nuevos retos y nuevos logros.
JP: ¿Cuáles son tus proyectos inmediatos?
MM: Hay nuevos proyectos en los que estoy trabajando, colecciones que se realizarán de una forma novedosa fuera de Europa. Además, siempre espero propuestas de trabajo.
JP: En tu infancia, ¿qué querías ser?
MM: Nunca tuve ninguna idea concreta, pero sí me llamaba mucho la atención todo lo relacionado con las artes y la creatividad, los trabajos realizados manualmente, de forma artesana.
JP: ¿Crees que la peluquería está suficientemente valorada?
MM: Rotundamente, no. Creo que aún hoy en día hay una parte de la población que no aprecia claramente la importancia que tiene tanto a nivel social como psicológico la imagen que proyectamos al resto y a uno mismo. Se da más importancia a llevar una ropa de firma o zapatos y bolsos de lujo, que a invertir en nuestra imagen y nuestro cabello. Vivimos en una sociedad de apariencias.
JP: ¿Qué opinas de la peluquería lowcost?
MM: Todo el mundo tiene derecho a sobrevivir en cualquier tipo de profesión, siempre y cuando eso implique dignificarla. Entiendo que en el mercado debe existir oferta para todo tipo de clientes, pero estos deben tener claro que es imposible que la calidad de los productos y servicios, la profesionalidad del personal o el asesoramiento profesional sean siquiera similares a los que ofrecemos el resto de negocios. Bueno, bonito y barato, no existe.
JP: ¿Has sido autodidacta?
MM: En la base formativa no pero, a lo largo de los años, la experiencia profesional indudablemente te lleva a ser autodidacta.
JP: ¿Qué estudiaste?
MM: Un grado medio de peluquería, sin más.
JP: ¿Cuáles son tus referentes en la vida no profesional?
MM: Mi madre, por ejemplo, que emigró a Suiza para poder trabajar, dejándonos a mis hermanos y a mí al cargo de mis abuelos. En España no eran buenos tiempos y, como muchos otros,tuvo que emigrar. Es una mujer luchadora, comprometida y con una fuerza enorme. También mis abuelos, que me criaron y me inculcaron unos valores de los que hoy me siento orgulloso.
JP: Y, profesionalmente, ¿cuáles son?
MM: A lo largo de mi carrera he admirado a muchos profesionales nacionales e internacionales. Si tuviera que nombrar alguno serían, sin duda, Alexandre de París y Gonzalo Zarauza.
JP: ¿Algún temor personal? ¿Y profesional?
MM: Personalmente, a no poder sentirme realizado como persona y a hacer daño inconscientemente a personas que quiero. Profesionalmente, a no alcanzar las expectativas del público cuando, por ejemplo, vean una colección o un desfile mío.
JP: ¿Qué opinión tienes sobre el momento actual en nuestro país?
MM: Creo que España es un país único en cuanto a su forma de vida. Cuando sales de España te das cuenta de cómo vivimos, de cómo somos como población y el carácter que tenemos. No me interesa especialmente la política ni la vida pública del país, ciertamente se derrocha en situaciones absurdas como la gran cantidad de elecciones que hemos tenido en estos últimos cuatro años.
JP: ¿Qué opinión tienes a nivel de la situación actual internacional?
MM: Me preocupan las hambrunas, las guerras, el maltrato generalizado, el abuso de unos países con más poder económico sobre otros más débiles, el medio ambiente, la falta de entendimiento internacional en temas globales.
